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El GLP (Gas Licuado del Petróleo) o Autogas utilizado como carburante en automoción, se trata de una mezcla de gases (butano y propano) en diferentes proporciones. Al ser sometido a presión, este gas pasa de estado gaseoso a líquido, ocupando mucho menos volumen.

Una alternativa para los usuarios de vehículos propulsados por motores de gasolina que quieran utilizar GLP es acudir a un taller especializado para su transformación. El kit de transformación cuesta entre 1.500 y 2.500 euros, dependiendo del tipo de vehículo y del tipo de sistema de GLP que equipe. Una opción muy a tener en cuenta tanto para el ahorro de combustible, ya que el GLP tiene un coste prácticamente a la mitad del precio de la gasolina, como para la baja emisión de gases contaminantes que expulsa.

Tipos de adaptación a GLP

Existen fundamentalmente dos soluciones para alimentar con Autogas a un motor de gasolina, una (inyección gasificada) esencialmente trata de realizar la gasificación del combustible para posteriormente introducirlo en los cilindros y la otra (inyección líquida) consiste en presurizar aún más el combustible para introducirlo en el motor en estado líquido.

Los dos sistemas son diferentes en cuanto a componentes pero similares en prestaciones del vehículo, consiguiendo que no exista prácticamente perdida de potencia en el motor al cambiar a GLP.

Homologación de la instalación

Esta instalación de Gas Licuado de Petroleo se tiene que homologar por una ITV, por lo que todos los vehículos en los que se instalen adaptaciones a Autogas tienen que cumplir normativa Euro 3 (a partir del año 2000 aproximadamente).

En Carsmarobe proporcionamos una amplia formación sobre los diferentes sistemas de G.L.P. que se comercializan en la actualidad indicando las características de todos los elementos que se instalan en el vehículo, las ventajas e inconvenientes del funcionamiento con GLP y la diagnosis general del sistema.

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Daniel López
Responsable de Formación Continua en Carsmarobe