La revisión mecánica de un coche siempre ha de ser realizada por un profesional que nos dé garantías suficientes para que nuestro vehículo esté en un buen estado. No obstante, y sin pretensiones de convertirnos en mecánicos, hoy te desvelamos cuáles son los puntos básicos y principales que nosotros mismos podemos comprobar, para que el coche no nos deje tirado cuando menos lo esperas, especialmente ahora en invierno.

En invierno, las bajas temperaturas son las responsables de problemas mecánicos que en verano no se hacen presentes: la humedad, por ejemplo, afecta especialmente el sistema eléctrico que sufre un 3% más de averías que en los meses de calor y llega a ser hasta el 40% de las averías. Casi uno de cada cuatro problemas en el coche en época invernal es de tipo mecánico: correa de distribución, bomba de aceite, etc. Por último, las ruedas y los sistemas de dirección, suspensión y frenos  son los que más sufren las inclemencias del tiempo.

¿Qué podemos revisar nosotros mismos en el coche para evitar encontrarnos en una situación de apuro?

  • Neumáticos: verifica la profundidad del dibujo, según la normativa vigente ha de ser 1,6 mm, pero siempre es más seguro no esperar hasta ese nivel de desgaste.
    • ¡Truco para medirlo!: introduce en la ranura una moneda de 1€ y si la profundidad es inferior a la banda exterior dorada de la moneda, es el momento de cambiarlos.
  • Suspensión y frenos: de ambos elementos depende la estabilidad del vehículo y la capacidad de detenerse a tiempo. Cada 30.000 km es momento de revisar los amortiguadores.
    • ¡Truco para revisarlo!: si al pasar por un badén que se utilizan como paso de peatones, el vehículo rebota más de dos veces, mala señal. Con respecto a las pastillas como mínimo que tengan 2 mm, discos entre 75.000 y 100.000 km y el líquido de frenos cambiarse cada dos años o entre 40.000 y 60.000 kilómetros.
  • Luneta térmica: son fundamentales para disponer de una correcta visión a través de la luna de atrás; podemos verificar nosotros mismos si se realiza correctamente el desempañado del cristal.
  • Limpiaparabrisas: unas escobillas en mal estado reducen peligrosamente la visibilidad.
    • ¡Truco para revisarlo!: si las pones a funcionar y dejan rastros de agua sobre el parabrisas, momento de cambiarlas.
  • Alumbrado: recuerda que el alumbrado y la señalización se encuentra entre el top de fallos graves detectados en la ITV. Podemos comprobar si efectivamente todas funcionan bien, sin olvidar: las luces cortas y largas, antiniebla delantero y trasero, luces de freno y marcha atrás, intermitentes y warning. Para regular la altura del alumbrado de cruce y de carretera y evitar deslumbramientos y cambiar una lámpara, la visita al taller será necesaria.
  • Aceites y filtros: la correcta lubricación del motor exige que el nivel y estado del aceite sean adecuados. Normalmente los cambios se realizan entre 5.000 y 30.000 km o cada dos años, aunque también dependerá del modelo o de la antigüedad del coche. Para medirlo el coche ha de estar en terreno llano y utilizar productos con especificaciones recomendadas por el fabricante.

La DGT nos ofrece la siguiente pequeña guía para medir el nivel de aceite:

Imagen: Revista Tráfico y Seguridad Vial, DGT

Recuerda que éstos son sólo algunos consejos para ser previsores con nuestro coche y vigilar que se encuentra en buen estado, la mejor revisión siempre pasa por tu taller de confianza.

Fuente: Dirección General de Tráfico, DGT.

Bujías
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